Hemos elegido este texto, que nos ha enviado uno de nuestros amigos, emocionado por ser el primer día caza de su hijo. En una inolvidable jornada de perdices a la mano.
“Siempre defendemos la incertidumbre como uno de los alicientes de la caza, quizás el que nos hace ser adictos a esta pasión , lo impredecible es sin duda el antídoto de la monotonía por tanto de la rutina y por ende de la pérdida de interés. Fuimos con la duda sembrada por Javier, y la sensación de que sería un día para olvidar, además con la carga moral de que un fracaso precisamente cuando nos acompañaban Marcel e Iván era una p… faena.
Entre las olivas de la sierra
Mano en las olivas y la central del Romeral con escasez de perdices siendo estas de tanta calidad como las que más. Retorno a un pasado olvidado ya, en este mundo descafeinado, donde lo artificial nos hace trabajar menos, tirar más y colgarnos muchas. Matamos en esta mano pocas pero excelentes, no por el aire , que de hacer algo era ayudarlas, sino porque estas perdices son las supervivientes a una presión intensiva de caza, teniendo por tanto un comportamiento tan natural como las que aún quedan por esos mundos de Dios, y que están en peligro de extinción.
Pasamos luego a mejores pagos, siendo un día precioso, de poca luz , aire acelerador y perdices de las bonitas, por su presencia su comportamiento y su velocidad. Al final nuestros amigos quedaron satisfechos . Manolo recuperó parte de su cupo pues hizo una docena y Antonio M. se pasó, mi Padre en un día de aire tiró poco en los puestos y yo…..fui FELIZ. Hicimos 60 , nos acompañaron Juancho y Juan, que trabajaron y cobraron con sus perretes.
La emoción del cazador novel
Mi felicidad completa se la debo a mi hijo Gonzalo. A la vuelta de la mano lucida hacia la casa, decidí por su insistencia, dar paso a la juventud. Llevaba yo el cupo pasadito de forma razonable no como Antonio M., y me animé a poner a Gonzalo en la mano dejando yo de cazar, es curioso lo poco que me cuesta sujetarme.
Le advertí de la obligación de llevar controlados a los compañeros de mano, al perro, a buscar las trochas en lo espeso, a tirar sin peligro. La imagen del cazador novel trameando, erguido, en alerta, con su escopetilla de un caño, sus cartuchillos de 12mm , 11 gr. de plomo del 10 estará siempre en mi retina. El refranero Español dice : “de casta le viene al galgo” “nobleza obliga” “quien a los suyos se parece honra merece “ , y así, gracias a Dios, Gonzalo mató su primera perdiz cazando y no sólo tirando. Alegría del cazador novel, emoción íntima la mía, Quiso la providencia que el pájaro fuese lo suficientemente bonito sin ser del campo como para justificar su naturalización, y en el taller de Juan Bejar está , para ser un símbolo de la continuidad generacional de esta sana pasión que está claro se mantiene en nuestros genes desde la época de mis bisabuelos.
Bienvenido hijo a nuestra Cofradía, donde en las sierras y las dehesas, los rastrojos las viñas y las vegas con frío y calor, con lluvia y sol, en la soledad de la noche, con el cielo por testigo tendrás en la CAZA , si la practicas de acuerdo a sus normas, una fuente continua de momentos de felicidad, que en el calor de tu grupo de amigos, te hará sentir y paladear la vida terrenal de una forma mucho más completa.
Enhorabuena Gonzalo , te quiero mucho.”
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